Basta
Basta

¿Cómo he llegado hasta aquí?,
¿Cómo había llegado hasta ese punto? Se preguntó a ella misma.
Había pasado de enviarle mensajes de “preocupación” hasta dejarla casi inconsciente en el suelo de su casa, de decirle que no saliera con sus amigas porque “son unas estiradas” a grabarle la marca de su mano en la piel. Ella no lo podía comprender. No podía entender cómo aquel chico tan encantador podía haberse convertido en aquel monstruo horrible.
Pero eso a ella ya no le importaba. Dijo BASTA, y se rebeló contra aquel infierno que le había hecho sufrir.